Si comparamos con tiempos prehistóricos, el nivel de
oxígeno en
la atmósfera de
la Tierra ha descendido sobre un tercio, y en
las ciudades contaminadas la disminución podría ser de más del 50%. Este cambio en
la composición del aire que respiramos tiene potencialmente serias implicaciones para nuestra salud. Realmente, podría al final amenazar
la supervivencia de
la vida humana en
la Tierra, según el ecologista
Roddy Newman, que estaba redactando un nuevo libro,
La Crisis del Oxígeno.
eldesconcierto.cl/Estadística del Calentamiento oceánico global (NOAA).
No soy un científico, pero parece una preocupación razonable. Es una posibilidad que deberíamos examinar y evaluar. Entonces, ¿Cuáles son las evidencias?
Hace 10.000 años, la cubierta vegetal del planeta era al menos dos veces la que es hoy; lo que significa que los bosques emiten ahora solo la mitad de la cantidad de
oxígeno.
La desertificación y
la deforestación están acelerando rápidamente esta pérdida a largo plazo de las fuentes de
oxígeno. A ello hay que añadir
las fumigaciones de aviones militares en nuestros cielos.
La historia en el mar es la misma. La
NASA informa que en el norte del
océano Pacífico las concentraciones de
fitoplancton productoras de
oxígeno son un 30% más bajas hoy que en los años 80. Esto es
un enorme descenso en solo tres décadas.
eldesconcierto.cl/El fitoplancton genera hasta un 70% del oxígeno terrestre (Balnova.com).
Además, el programa ambiental de la
ONU confirmó en el año 2004 que había cerca de
150 “zonas muertas” en los océanos del mundo donde se vertían
aguas residuales y
desechos industriales,
fertilizantes agrícolas procedentes de escorrentías y otros contaminantes que habían reducido el nivel de
oxígeno en una extensión tal que
la mayoría de todas las criaturas marinas ya no puede vivir ahí. La hambruna de
oxígeno está reduciendo las reservas regionales de pescado y disminuyendo los suministros de alimentos a poblaciones que son dependientes de
la pesca. También causa
mutaciones genéticas y
cambios hormonales que pueden afectar a
la capacidad reproductiva de
la vida marina, lo que podría reducir aún más
los suministros globales de pescado.
El profesor
Robert Berner de
la Universidad de Yale ha investigado los niveles de
oxígeno en tiempos prehistóricos analizando químicamente las burbujas de aire atrapadas en el ámbar de árboles fosilizados. Sugiere que
los humanos respiraron un oxígeno muchos más rico hace 10.000 años.
Yendo más atrás, los niveles de
oxígeno fueron incluso más grandes.
Robert Sloan ha listado el porcentaje de
oxígeno en muestras de ámbar de la era de los dinosaurios en: 28% (hace 130 millones de años), 29% (hace 115 millones de años), 35% (95 millones de años), 33% (88 millones de años), 35% (75 millones de años), 35% (70 millones de años), 35 % (68 millones de años), 31 % (65.2 millones de años) y 29% (65 millones de años).
El profesor
Iam Plimer, de
la Universidad de Adelaida y el profesor
Jon Harrison, de
la Universidad de Arizona concuerdan. Como la mayoría de científicos, aceptan que los niveles de
oxígeno en
la atmósfera en tiempos históricos fueron en promedio de alrededor de un 30 a un 35% del aire general, comparado con sólo el 20-21% de hoy –y que los niveles son incluso menores en el centro de
ciudades contaminadas y
densamente pobladas o en
complejos industriales; quizás sólo un 15% o más bajo–.
eldesconcierto.cl/Niveles paleo-climáticos y actuales de oxígeno terrestre (A Green Road).
Gran parte del cambio acelerado creciente es debido a
la actividad humana; notablemente
la Revolución Industrial y la quema de
combustibles fósiles. El profesor de Ciencias Geológicas en
la Universidad Nôtre Dame de Alabama,
J. Keith Rugby, fue citado en 1993-1994 cuando dijo:
"En el siglo XX, la Humanidad ha bombeado cantidades crecientes de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera al quemar el carbono almacenado en el carbón, el petróleo y el gas natural. En el proceso, hemos también consumido oxígeno y destruido vida vegetal –cortando los bosques a una tasa alarmante y por tanto cortocircuitando el ciclo natural de regeneración–. Estamos artificialmente frenando un proceso y acelerando otro, forzando un cambio en la atmósfera."
Muy interesante. Pero, ¿Importa este descenso de
oxígeno? ¿Hay alguna consecuencia práctica sobre las que deberíamos preocuparnos? ¿Cuál es el efecto de
nivel menor de oxígeno en
el cuerpo humano? ¿Afecta o trastoca nuestro
sistema inmunológico, y por tanto nos hace más propensos al
cáncer y a
enfermedades degenerativas?
Sorprendentemente, no se ha hecho ninguna investigación relevante, quizás sobre la siguiente presunción: El descenso en los niveles de
oxígeno ha tenido lugar durante millones de años de la existencia de nuestro planeta. Los cambios durante el periodo más corto de
vida humana han sido también lentos y progresivos –hasta los dos últimos siglos de rápida urbanización e industrialización–. Seguramente, ¿este gradual descenso ha permitido al cuerpo humano evolucionar y adaptarse a concentraciones más bajas de
oxígeno? Quizás si, quizás no.
El ritmo de pérdida del
oxígeno es probable que se haya acelerado enormemente en las últimas tres décadas, con la industrialización de
China,
India,
Corea del sur y
otros países, así como una consecuencia del masivo incremento mundial en
la quema de combustibles fósiles y
las fumigaciones.
En opinión del profesor
Ervin Laszlo, la caída en
el oxígeno atmosférico tiene potencialmente serias consecuencias. Consejero de la
ONU que ha sido profesor de Filosofía y de ciencias de sistemas,
Laszlo escribe:
"La evidencia desde tiempos prehistóricos indica que el oxígeno contenido en la Naturaleza primitiva estaba por encima del 21% del volumen actual. Ha descendido en tiempos recientes debido principalmente a la quema de carbón en la mitad del último siglo. Actualmente, el oxígeno contenido en la atmósfera de la Tierra baja en picado, a un 19% sobre áreas comprimidas y entre un 12 y un 17% sobre grandes ciudades. A estos niveles, es difícil para la población coger el oxígeno suficiente para sostener la salud humana: Se necesita una toma adecuada de oxígeno para mantener las células del cuerpo y los órganos, y todo el sistema inmunitario, funcionando a pleno rendimiento. A los niveles que hemos alcanzado hoy los cánceres, neumonías y otras enfermedades degenerativas es probable que se desarrollen."
¿Alarmista? Creo que no. ¿Una razón para
el juicio final? Aún no. Lo que se necesita es una investigación que se base en evidencias fidedignas para establecer
los actuales niveles de oxígeno y qué consecuencias, si existen, habría para el bienestar de nuestra especie y efectivamente para todas las especies.
Fuente: globalizate.org/guard/Ecología/oxígeno/2008
Información:
Biología: El oxígeno y la respiración
Biología: El oxígeno y la respiración