Lorelei


por Raimundo Barbado

- Me enteré al día siguiente por una foto suya que había sido publicada en el THE DAILY TELEGRAPH. Aluciné bastante. ¿Pero realmente es ella? -me pregunté-. Una de las mujeres multimillonarias del mundo. Y yo sin saber nada.

- ¿Cómo la conociste? -inquirí

- La conocí un día del mes pasado en el restaurante Sketch London, de Londres, Inglaterra. Yo me encontraba en la barra tomando un cubata cuando se presentó pidiéndome fuego para fumarse un cigarrillo; se lo dí y tras una conversación banal sobre el tiempo, porque no paraba de llover, nos fuimos los dos a fumar fuera del local. Me parece que le gusté. La comunicación interpersonal fue a más, digamos que nos hicimos amigos; pagué las consumiciones y, invitado, me fuí con ella al Belgrave House Hotel. Creo que fue un amor improvisto. Estuvimos un día entero encerrados, comiendo, cenando, follando, durmiendo, etc. Al dia siguiente, mientras estábamos los dos desayunando café con tostadas, apareció un individuo muy bien trajeado que se nos quedó mirando. Nos giramos hacia él. Hizo un chasquido con los dedos y de repente mi novia, la que yo creía era mi reciente novia, se levantó del asiento y se marchó con él, sin siquiera despedirse de mí. Yo ya le había dicho que no me importaba su dinero, que lo que me importaba era ella como persona, y se había echado a reir, con una sonrisa hermosísima, como la de la actriz del film titulado Deer Woman.


es.wikipedia.org/Lorelei, sirena de la mitología germánica, que se colocaba en una roca sobre el Rin y con su canto seducía a los navegantes.

- ¿Y qué hiciste después?

- Nada. Me tomé un par de cubatas y me desmoroné mentalmente. Tenía la sensación de que me había dejado tirado

- A veces cosas así ocurren -le respondí. 

- Al cabo de tres días -siguió diciéndome- recibí por correo postal un talón de 100.000 dólares, acompañado de una nota que decía: "Para que te tomes unos cubatas en recuerdo mío."  Me pareció demasiado dinero por un día juntos. Además, yo no quería dinero. Por otra parte, ¿Cómo sabía ella mi dirección? No se la dije. Lo que tiene es mi número de teléfono móvil y no me llama. -apuntilló.

- Bueno, al menos sabrás su nombre, digo yo.

- Solamente sé que se llama Lorelei. - respondió.

- ¿Lorelei? Como la canción de Scorpions. Esto es bueno.

- ¿Por qué? -quiso saber. 

- Las personas que componen la élite que realmente gobierna este planeta, por encima de los políticos que oficialmente nos gobiernan, saben todo de nosotros. Te utilizó sexualmente. Creo que deberías olvidarte del asunto y continuar tu vida normal.

- Pero, Raimundo, es que no paro de pensar en ella. Me encandiló o me embrujó. Una chica bellísima que me buscó la conversación y fuimos a más. ¿Qué hago ahora? Ignoro donde vive, ni siquiera conozco su número de teléfono...nada.

- Ella te llamará cuando le dé la gana. Nos veremos, amigo.

James, buen amigo, periodista de BBC News en español, algo ingenuo, se quedó en el bar de la avenida de la Malvarrosa, Valencia, España, donde habíamos acordado, tomando bebida, mientras yo me largué paseando por la playa. A lo lejos se veían barcas pescando sepia. No estaba mal andar solo por ahí, después del rollo cutre que me había metido.

Las gotas de la lluvia parecían pasos de mujer.

Información:

Lorelei Scorpions Subtitulado

Música en este vídeo

Canción  Lorelei
Artista  Scorpions
Con licencia cedida a YouTube por  SME 


Publicado el 22 ene. 2017 por  Matias Meza

2 comentarios :

M,CARMEN dijo...

Me a gustado mucho el relato. como siempre te digo deberías escribir pues me encanta lo que escribes y me gustaría seguir leyendo y nada enseguida se acaba.Y la canción le pega como si el videoclip fuera para ese relato vamos que ni hecho aposta. sigue plasmando lo que piensas y sientes hermano es una forma de liberarte, sigue escribiendo te quiero y ahí estaré si me necesitas.

Raimundo Barbado dijo...

De alguna forma sí, me libero de este puto mundo.