por Felipe Campos
Son las famosas palabras de Arthur C. Clarke: “Cualquier tecnología
suficientemente avanzada es indistinguible de la magia”. Esta frase es
citada a menudo para expresar la idea de que una civilización alienígena
que sea miles o millones de años más vieja que nosotros tendría
tecnología tan avanzada en relación a la nuestra que nos parecería
“magia”.
cosmonoticias.org/Ilustración artística de las luces de las ciudades en un planeta extraterrestre. Crédito: David A. Aguilar.
Ahora, una variación de este pensamiento proviene de Karl Schroeder,
escritor canadiense de ciencia ficción, quien considera que “Cualquier
tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la naturaleza”.
El razonamiento se basa en que si una civilización consigue existir
tanto tiempo, se volvería inevitablemente “ecológica” hasta tal punto
que ya no dejaría desechos detectables a su paso. Sus rastros
artificiales se mezclarían con los del universo natural, haciéndolos
mucho más difíciles de detectar mediante la simple búsqueda de
construcciones artificiales versus las naturales.
La idea ha sido propuesta como una
explicación a por qué aún no las hemos encontrado, basados en la premisa
de que tales sociedades avanzadas habrían visitado y colonizado por
completo nuestra galaxia (lo que se conoce como la paradoja de Fermi).
La cuestión se vuelve más interesante a la luz del hecho de que los
astrónomos actualmente estiman que hay miles de millones de otros
planetas en nuestra galaxia. Si una civilización alcanza tal “equilibrio
con la naturaleza” como una progresión natural, puede significar que
los métodos tradicionales para buscarlas, como SETI, nunca lograrán su
objetivo.
wikipedia.org/Figuras grabadas en la placa de la sonda espacial Pioneer 10 informando a una posible civilización extraterrestre sobre la presencia de vida humana en la Tierra.
Por supuesto, es posible, quizás incluso probable, que las
civilizaciones mucho más antiguas que nosotros hayan avanzado mucho más
allá de la tecnología de radio. Las mismas búsquedas SETI se basan en la
suposición de que algunas de esas civilizaciones pueden continuar
usando esta tecnología. Otra rama de SETI busca pulsos de luz como faros
intencionales, a diferencia de las señales de radio.
Pero incluso otras búsquedas
alternativas, como la Búsqueda de Tecnología Extraterrestre (Search for
Extraterrestrial Technology, SETT), podrían no tener éxito si este nuevo
escenario es correcto. SETT busca señales como la firma espectral de
los residuos de la fisión nuclear siendo arrojados a una estrella, o las
fugas de tritio de las plantas de fusión extraterrestres.
Otra solución a la paradoja de Fermi
plantea que las civilizaciones avanzadas, en última instancia, se
destruirán a sí mismas. Pero antes de hacerlo, podrían haber enviado
sondas robóticas a muchos lugares de la galaxia. Si estas sondas fuesen
suficientemente avanzadas como para replicarse a sí mismas, podrían
haberse diseminado a través de vastas extensiones del
cosmos. Si hubiese alguna en el Sistema Solar, posiblemente podríamos
encontrarla. Sin embargo, esta idea podría también llevarnos de vuelta a
la nueva hipótesis: si estas sondas fuesen lo suficientemente avanzadas
para ser verdaderamente “ecológicas” y no dejar ningún rastro
medioambiental, podrían ser muy difíciles de encontrar, mezclándose con
los objetos naturales en el Sistema Solar.
Es una nueva visión intrigante sobre una
vieja pregunta. También se puede tomar como una lección; si podemos
aprender a sobrevivir a nuestros propios avances tecnológicos durante
tiempo suficiente, podemos finalmente volvernos una civilización
ecológica y coexistir cómodamente con el universo natural que nos rodea.
Fuente: cosmonoticias.org/2012
Información:
Michio Kaku habla de la posibilidad de visitas extraterrestres.
Michio Kaku es un físico teórico, co-creador de la Teoría del Campo de Cuerdas, una rama de la teoría de cuerdas.
Michio Kaku es un físico teórico, co-creador de la Teoría del Campo de Cuerdas, una rama de la teoría de cuerdas.
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