por María Guilarte
Mimetismo
Cuentan en Goberment Tecnology que hay un laboratorio de drones con un cartel en su puerta que reza “Laboratorio de Bichos (entra por tu cuenta y riesgo)”. Dentro de la unidad de vehículos de la Universidad de Maryland hay una extraña combinación de insectos, drones y drones que parecen insectos.
Son muchos los científicos en Estados Unidos que están recurriendo a los insectos para crear robótica cada vez más pequeña. La investigación podría mejorar la forma mediante la cual el gobierno responde a los desastres naturales o (mucho más sencillo) recibir paqueteria.
muycomputerpro.com/Foto de abeja. Los insectos son la inspiración de los drones.
Al combinar elementos inspirados en la visión y el vuelo de los insectos se pueden crear vehículos que combinan la naturaleza y la mecánica.
“Por lo general, vemos que la biología es exactamente lo contrario a lo que se puede ver en un sistema de ingeniería” explica Sean Humbert, profesor de ingeniería aeroespacial y director de este programa.
El laboratorio de microrobótica de Harvard también busca inspiración en los insectos. La más conocida es Microbee, un robot volador más pequeño que un céntimo.
“La razón principal es que la biología resuelve los problemas de una forma distinta, específicamente a través de la evolución” explicó Yigit Menguc, candidato a un post doctorado en el laboratorio de Hardvard. “A través del tiempo la evolución ha encontrado la solución a problemas que los científicos todavía luchan por resolver cuando construyen pequeños robots“.
La estabilización y el control son dos de los retos en los que el laboratorio de Maryland está trabajando.
“Estamos tratando de entender por qué la naturaleza ha encontrado y está usando esta solución, y estamos tratando de entender los beneficios de esto y si podemos o no escalar a los sistemas de este tamaño” explica Humbert.
Los insectos son fuertes cuando se trata de responder a cualquier turbulencia y perturbación del medio ambiente. Una de las tareas más importante en la que se encuentran inmersos consiste en tratar de imitar la forma en la que los insectos responden ante las ráfagas de viento, cómo consiguen estabilizarse y continuar el vuelo.
“La razón principal es que la biología resuelve los problemas de una forma distinta, específicamente a través de la evolución” explicó Yigit Menguc, candidato a un post doctorado en el laboratorio de Hardvard. “A través del tiempo la evolución ha encontrado la solución a problemas que los científicos todavía luchan por resolver cuando construyen pequeños robots“.
La estabilización y el control son dos de los retos en los que el laboratorio de Maryland está trabajando.
“Estamos tratando de entender por qué la naturaleza ha encontrado y está usando esta solución, y estamos tratando de entender los beneficios de esto y si podemos o no escalar a los sistemas de este tamaño” explica Humbert.
Los insectos son fuertes cuando se trata de responder a cualquier turbulencia y perturbación del medio ambiente. Una de las tareas más importante en la que se encuentran inmersos consiste en tratar de imitar la forma en la que los insectos responden ante las ráfagas de viento, cómo consiguen estabilizarse y continuar el vuelo.
Información:
Pop-up Fabrication of the Harvard Monolithic Bee (Mobee)
The Harvard Monolithic Bee is a millimeter-scale flapping wing robotic insect produced using Printed Circuit MEMS (PC-MEMS) techniques.
This video describes the manufacturing process, including pop-up book inspired assembly. This work was funded by the NSF, the Wyss Institute, and the ASEE. Music: D-Song by Bonobo.
See "Monolithic fabrication of millimeter-scale machines" and "Pop-up book MEMS":
Actualizado el 17 nov. 2011 por MicroroboticsLab
Aunque los vehículos que viajan sobre superficies tienen menos problemas, este laboratorio también busca la forma de mejorar su eficiencia y conseguir que realicen acciones como posarse en paredes y techos.
“No solo se trata de cosas que vuelan, también de las que se arrastran y nadan. Estamos interesados en todos los aspectos de captación sensorial y la capacidad de procesamiento de los animales“.
Este proyecto cuenta con la financiación de la Fuerza Aérea, la Armada, la Marina, la Agencia de proyectos de defensa e investigación avanzadas y la NASA.
Los drones minúsculos son capaces de navegar por si mismos y pueden ser utilizados para explorar lugares catastróficos, en operaciones militares y en entornos urbanos desordenados.
“Efectivamente, puedes dejar uno de estos vehículos, vaya, algo así del tamaño de un colibrí o menos, en un entorno de construcción desordenada y este podría navegar a través de los edificios sin toparse con cosas y podría recopilar información del medio ambiente” explicaba Greg Gremillion, uno de los estudiantes del proyecto de la Universidad de Maryland.
Entre los prototipos del laboratorio se encuentran vehículos capaces de reproducir el aleteo de un colibrí y otros capaces de imitar la visión circular de los insectos. Éste último ha sido desarrollado por Gremillion y Hector Escobar, otro estudiante.
Como decíamos, uno de los usos potenciales de estos vehículos serían las zonas de desastres naturales, para navegar alrededor de áreas demasiado pequeñas o inseguras para los humanos, de forma que estos robots consiguen la información y la almacenan o retransmiten.
Otro de los drones que está siendo desarrollado por Escobar utiliza una combinación de sonar y tecnología de infrarrojos ideal para explorar por zonas oscuras. Un robot de este tipo sería de ayuda inestimable para los bomberos, ya que podrían enviarlos a ellos para asegurarse de que un edificio está totalmente evacuado.
Pero tampoco hay que olvidar que esta tecnología podría tener un gran potencial comercial; el ejemplo más claro es el de Amazon, que según parece está desarrollando un servicio de envío de paquetería mediante drones. Hay que tener en cuenta que a estos “robots voladores” no les valdrá solo con un GPS para enviar paquetes, también tendrían que ser capaces de superar barreras como objetos, pájaros o personas.
Todo esto puede parecer demasiado futurista y de ciencia ficción pero estos científicos nos recuerdan que estamos aquí por la naturaleza y que “sería agradable ver que esto promueve su conservación. A medida que perdemos los ejemplos de la naturaleza, perdemos los ejemplos de innovación”, sentencia Menguc.
Fuente: muycomputerpro.com/2014
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