De la cibernética clásica a la cibercultura: herramientas conceptuales desde donde mirar el mundo cambiante
por Begoña Gros
La cibernética clásica
Durante la II Guerra Mundial, a N. Wiener se le encomendó la creación de mecanismos de control para la artillería antiaérea que tuvieran la capacidad de regular su propia trayectoria (Norbert Wiener -26 de noviembre de 1894, Columbia (Misuri)-18 de marzo de 1964, Estocolmo, Suecia fue un matemático estadounidense, conocido como el fundador de la cibernética. Acuñó el término en su libro Cibernética o el control y comunicación en animales y máquinas, publicado en 1948).
es.wikipedia.org/Norbert Wiener
Este diseño le condujo al
estudio del proceso de regulación de los organismos vivos y lo que
Wiener hizo fue extraer los datos que sobre biología se poseían y
aplicarlos al diseño de la máquina. Es éste un dato muy relevante, pues
la comparación funcional entre la mente y la máquina que posteriormente
incorporó la psicología cognitiva y la inteligencia artificial
encuentran aquí sus orígenes. Pero también es importante porque hasta
aquel momento no había habido ninguna relación entre los estudios
biológicos y el diseño de máquinas, aspecto presente en la actualidad
tanto en el diseño del hardware como del software. Hecho que demuestran
en la actualidad las investigaciones sobre el desarrollo de redes
neuronales como base para la creación de los sistemas operativos de las
máquinas y la utilización de la nanotecnología (Kurzweil, 1999).
Al principio, el interés de la cibernética se situó en el diseño de
máquinas. Sin embargo, el propio Wiener amplió dicho objetivo y lo
extendió al entendimiento del funcionamiento de sistemas humanos y
sociales (Wiener, 1969).
La noción de circularidad
La cibernética introduce la idea de circularidad a través del concepto
de retroalimentación o feedback. El feedback se define como la capacidad
de respuesta para el mantenimiento de un estado de equilibrio. El
feedback es pues un mecanismo que conduce a la regulación de un sistema.
La regulación se produce siempre tras la ruptura de equilibrio. Es
decir, cuando el estado ideal del sistema no coincide con su estado
actual. En este caso, el sistema reacciona produciéndose una nueva
búsqueda de equilibrio.
La utilización del concepto de feedback rompe la idea de causalidad
tradicional en la que los efectos se encadenan de forma lineal. Por el
contrario, el concepto de feedback conduce a la descripción de procesos
circulares. Un bucle de retroalimentación es una disposición circular de
elementos conectados, en la que una causa inicial se propaga alrededor
de los eslabones sucesivos del bucle, de tal modo que cada elemento
tiene efecto sobre el siguiente, hasta que el último elemento vuelve a
retroalimentar el efecto sobre el primero que inicio el proceso. La
causalidad circular es siempre procesual.
La idea de circularidad desarrollada por Wiener se centra en el feedback
negativo. La reacción del sistema tiene un efecto contrario al del
elemento perturbador y, por consiguiente, éste busca recuperar el
equilibrio a través del mantenimiento del estado ideal. En definitiva,
es este un feedback de tipo "conservador" ya que la meta o estado ideal
del sistema se mantiene constante. Wiener reconocía además a la
retroalimentación como el mecanismo esencial de la homeostasis, la
autorregulación que permite a los organismos vivos mantenerse en un
estado de equilibrio dinámico.
En 1968, Maruyama introdujo el concepto de feedback positivo que, a
diferencia del negativo, amplifica la desviación. Este tipo de
retroacción conduce a una desviación cada vez mayor respecto al estado
ideal. Por este motivo, el feedback positivo podría llevar a la
destrucción del sistema. No obstante, puede también convertirse en un
mecanismo de creación de nuevos sistemas o de reestructuración de los ya
existentes. La utilización de este concepto ha permitido explicar la
evolución de los sistemas sociales y humanos en los cuales se
complementan y entrecruzan los dos tipos de retroacciones.
El concepto de información
La información es para la teoría cibernética un elemento fundamental
para la organización del sistema. Lo que el enlace circular de los
componentes retroalimenta no es sólo materia y energía, sino que hay
allí un proceso informacional y organizacional. Determinar el
significado del término información, a pesar de su clara importancia,
sigue siendo muy problemático. Como afirma Morin "no podemos decir casi
nada acerca de ella, pero tampoco podemos prescindir de ella" (1994,
p.47).
El concepto de información utilizado por la cibernética tiene su origen
en la teoría comunicativa de Shannon y Weaver que trataba de la
transmisión de mensajes y, actualmente está integrada en la teoría de la
comunicación. Esta noción de información está basada en la medida de la
información a través de unidades elementales de información o bits
(binary digits), muy utilizados en la actualidad en la informática y las
telecomunicaciones. A esta dimensión de la información, la cibernética
le añade un sentido organizacional. De hecho, un "programa" portador de
información lo que hace es comunicar un mensaje a una máquina que
computa un cierto número de operaciones.
Tal y como afirma Capra, “Wiener enfatizó también el hecho de que el
mensaje codificado es esencialmente un patrón organizador, y esbozando
la analogía entre tales patrones de comunicación y las pautas de
organización en los organismos, sentó las bases de la visión de los
organismos vivos en términos de patrones” (1998, p.83). En definitiva, la aportación ofrecida por la perspectiva cibernética de
mayor interés es la concepción de la información como elemento de
organización.
ciberneticacomunicacion.blogspot.com/La información es para la teoría cibernética un elemento fundamental
para la organización del sistema
Patrón/Estructura
La teoría cibernética y la teoría de sistemas se desarrollan a un mismo
tiempo y las conexiones entre ambas son muy importantes. La mayor parte
de los autores sistémicos utilizan para el análisis de los sistemas el
aparato conceptual de la teoría cibernética y, por otra parte, la mayor
parte de las cibernéticas tienen una concepción sistémica de la
realidad. Por este motivo, es realmente difícil separar ambas visiones
y, de hecho, a partir de este momento me voy a referir frecuentemente a
aspectos de la teoría de sistemas para poder comprender mejor la propia
cibernética.
Desde el punto de vista sistémico, el aspecto fundamental de cualquier
estudio basado en los sistemas vivos radica en la síntesis entre el
estudio de la substancia o estructura del sistema y el estudio de su
forma o patrón. En el estudio de la estructura lo que hacemos es
fijarnos en la medida de los elementos que conforman el sistema. Los
patrones, en cambio, nos muestran la forma del sistema, su cartografía.
En este sentido, la estructura puede ser medida, analizada
cuantitativamente mientras que al patrón sólo nos podemos aproximar
desde un punto de vista cualitativo.
La ciencia clásica se centra en el estudio de los elementos que componen
la realidad. Los estructuralistas miran a través de las interrelaciones
que se establecen entre los elementos que componen una determinada
realidad. La perspectiva sistémica es contextual y por consiguiente, no
sólo busca el análisis de la estructura sino también la cualidad del
sistema estudiado. El patrón de estudio básico de la teoría cibernética está basado en la
comunicación y el control basado en la idea de circularidad. Cualquier
sistema vivo se desarrolla a través de procesos circulares generados por
motivo de comunicación y controlados desde el propio sistema.
Evolución y proceso
En un sistema vivo, la evolución se basa en un proceso entre los
vínculos establecidos por el patrón y la estructura. “Un sistema vivo es
a la vez abierto y cerrado: abierto estructuralmente, pero cerrado
organizativamente. La materia y la energía fluyen a través de él, pero
el sistema mantiene una forma estable y lo hace de manera autónoma, a
través de su autoorganización” (Capra, 1999, p.182).
El empeño de buena parte de los cibernéticos ha consistido en descubrír
los patrones de organización comunes a todos los seres vivos. Este es
el caso de Bateson, Maturana y Varela, quienes consideran que la materia y
la mente no son dos categorías separadas sino que representan dos
aspectos diferentes del mismo fenómeno de la vida. La mente es un
proceso que se identifica con el proceso de la vida. El empeño de todos
estos autores ha sido conseguir desarrollar teorías integradoras del
hombre en que las diversas dimensiones vitales: percepción, emoción,
acción, lenguaje, etc., queden incluidas en una sola red cognitiva
explicativa de la mente humana.
La visión holística del mundo
La contribución más importante de la teoría general de sistemas de
Bertalanffy es la demostración de que los sistemas vivos no pueden ser
comprendidos desde el análisis. Las propiedades de las partes, de los
elementos, no tienen propiedades intrínsecas y, en consecuencia, sólo
pueden entenderse desde el contexto del todo. Por tanto, el pensamiento
sistémico es un pensamiento contextual. Sin embargo, la mirada de los
sistémicos a menudo se ha vuelto excesivamente objetual. Desde mi punto
de vista, el pensamiento sistémico debe ser un pensamiento contextual ya
que el proceso y los cambios marcan la dinámica fundamental de los
sistemas. Sin embargo, el empeño de la mayoría de los autores es un
empeño de cartógrafo. Tratan de marcar los sistemas existentes, sus
fronteras y acaban siendo teorías donde la vida no está presente.
En este sentido, considero muy importante la crítica efectuada por
Wilber (1995) quien cree que la teoría de sistemas se centra en dibujar
los aspectos externos del sistema social. Por ello, dibuja tan sólo una
parte del mundo, dejando de lado los aspectos culturales, conductuales,
individuales y sociales. La perspectiva holística debe ser más integradora y, en cierta medida,
las teorías de la complejidad están ayudando a ello proporcionando
nuevos conceptos que permitan mirar a los sistemas desde un enfoque
menos racionalista.
La cibernética de la complejidad
En 1958, Heinz von Foerster efectúa una revisión crítica de la teoría de Wiener, concluyendo que la cibernética que éste había desarrollado introducía cambios importantes pero no suponía una ruptura epistemológica, ya que se seguía aplicando el modelo de la ciencia clásica por el cual el observador está fuera del objeto (del sistema, en este caso) y es capaz de estudiarlo con objetividad. Von Foerster consideró que la cibernética debía ir más allá y afrontar un nuevo modelo epistemológico en el cual el observador formara parte del sistema estipulando sus propios objetivos, su propio papel dentro del mismo.
A
partir de ese instante se efectúa una distinción entre la cibernética
clásica o cibernética de primer orden y la cibernética de segundo orden,
denominada también como teoría de la complejidad. La pregunta que se
hace la cibernética de primer orden podemos formularla de la siguiente
forma: ¿dónde están los enlaces circulares en este sistema?. Mientras
que la cuestión que se plantea la cibernética de segundo orden es: ¿cómo
generamos nosotros este sistema a través de la noción de circularidad?.
La cibernética de segundo orden ha sido desarrollada por autores como
von Foerster, Glasersfeld, Bateson, Prigogine, Maturana, Morin y Varela,
entre otros, y, en la actualidad muchos de sus principios han quedado
también plasmados en la teoría de los sistemas complejos o teoría de la
complejidad.
La teoría cibernética de segundo orden introduce una serie de cambio de
mirada de gran interés que sintetizaré en tres aspectos: la construcción
de la realidad, la autoorganización de los sistemas y el concepto de
entropía.
La construcción de la realidad
En realidad, la cibernética de segundo orden es una teoría de un
carácter fuertemente epistemológico. Se cuestiona la concepción de la
ciencia clásica en la cual existe una clara separación entre el sujeto y
el objeto de investigación. Desde un punto de vista epistemológico, la cibernética de primer orden
se inscribe dentro de la corriente realista u objetivista que considera
que el conocimiento se refiere a una realidad estable, objetiva,
existente independientemente a que ésta sea conocida por el hombre. Por
el contrario, la epistemología desarrollada por la cibernética de
segundo orden se enraíza en la filosofía kantiana y considera que "el
mundo de la experiencia, ya se trate de la experiencia cotidiana o de la
experiencia de laboratorio, constituye la piedra de toque para nuestras
ideas." (Glasersfeld, 1988, 23). En este sentido, el conocimiento no
implica una correspondencia con la realidad.
milibroeducativo21.wordpress.com/La cibernética es una ciencia, nacida hacia 1942 e impulsada
inicialmente por Nobert Wiener que tiene como objeto “el control y
comunicación en el animal y en la máquina” o “desarrollar un lenguaje y
técnicas que nos permitirán abordar el problema del control y la
comunicación en general”.
Glasersfeld (1988) utiliza las palabras inglesas "match" (corresponder) y "fit" (encajar) para explicar las diferencias entre ambas posiciones. El realismo considera que existe una correspondencia entre el conocimiento y la realidad mientras que este autor sostiene que el conocimiento supone tan sólo un encaje. De este modo, diferentes conocimientos, significados, interpretaciones y experiencias pueden encajar en una misma realidad. En definitiva, tal y como afirma Maturana, "el observador se hace en la observación y cuando el ser humano que es el observador muere, el observador y la observación llegan a su fin" (1994, 158).
La perspectiva desarrollada por la cibernética de segundo orden es, en
definitiva, una perspectiva constructivista. De hecho, autores como von
Foerster o Glasersfeld se presentan en la actualidad como representantes
del constructivismo radical (Glasersfeld 1988; 1994; Von Foerster
1991).
Este tipo de constructivismo es muy similar al desarrollado por Piaget.
Desde esta perspectiva cibernética, la construcción es el resultado de
la autorregulación del sistema. Para que haya construcción del
conocimiento debe haber también un proceso de reflexión. La función de
la cognición es adaptativa y sirve para organizar el mundo experiencial
del sujeto y no para describir una verdad o realidad ontológica
objetiva. El conocimiento es pues como un mapa de senderos de acciones y
pensamientos que en el momento de la experiencia se han convertido en
viables.
El concepto de viabilidad fue establecido por Glasersfeld (1988) y
hace referencia a aquellos conceptos que son útiles para la
supervivencia. Según este autor, en la praxis, el juicio de una teoría
se apoya única y exclusivamente en el hecho de que hasta ahora no ha
fracasado. El conocimiento tiene que ser viable, adecuarse a nuestros
propósitos. De las teorías se mantienen aquellos conceptos que resultan
útiles para la supervivencia. En definitiva, el conocimiento equivale a
una función de supervivencia y no a una descripción del mundo exterior.
Lo que interesa es que los conocimientos que construyo encajen lo
suficiente como para asegurar su viabilidad.
Los sistemas se autoorganizan
Como ya he señalado previamente, los cibernéticos distinguieron entre el
patrón de organización de un sistema y su estructura física. En este
sentido, consideraron que la comunicación y el control eran suficientes
para explicar la organización de los sistemas. La cibernética de segundo
orden introduce el concepto de autoorganización y la idea de
complejidad para completar esta visión.
El concepto de autoorganización se basa en el reconocimiento de la red
como patrón general de la vida que Maturana y Varela denominaron
autopoiesis. La autopoiesis se basa en la idea de que existen una serie
de relaciones entre componentes que deben regenerarse continuamente para
mantener su organización y mantener un equilibrio dinámico. En este contexto, los procesos de circularidad ya no se basan sólo en
los mecanismos de retroalimentación negativa sino que la
retroalimentación positiva muestra cómo en determinados momentos la
búsqueda del equilibrio conlleva a una mayor desviación y, por ello, el
sistema acaba reestructurándose o creando nuevos patrones de
funcionamiento.
La diferencia fundamental entre el primer concepto de autoorganización
de la cibernética y los modelos posteriores estriba en que éstos
incluyen la creación de nuevas estructuras y nuevos modelos de
comportamiento que operan lejos de procesos de equilibrio, y por tanto,
no siguen procesos lineales.
xataka.com/Desde que William Gibson adelantara la corriente Ciberpunk en su novela
‘Neuromante’, el cine y la televisión han soñado mil y una veces con el
mito del cyborg en cualquiera de sus variantes, desde simplemente un humano con algún miembro artificial como Luke Skywalker tras esa discusión familiar, hasta un organismo artificial con sólo algunas partes humanas.
El desorden que crea orden
La teoría cibernética de segundo orden se fundamenta en una revisión de
la segunda ley de la termodinámica realizada por Prigogine. La segunda
ley de la termodinámica establece que en un sistema cerrado hay perdidas
constantes de energía que introducen cada vez un mayor desequilibrio,
un estado de entropía, de desorden. Sin negar la veracidad de esta ley,
Prigogine consideró que los sistemas vivos son sistemas abiertos en los
que la inestabilidad no destruye al sistema sino que produce nuevo orden
y crea una mayor complejidad. En definitiva, en una situación de mucho
desequilibrio aparecen elementos de indeterminación (no predecibles) que
introducen un orden y una mayor complejidad.
Un sistema humano, un sistema social, no es un sistema en equilibrio.
Por el contrario, constantemente se producen perturbaciones,
desviaciones que fuerzan a una constante reorganización y ajuste. En
este sentido, el orden y el desorden "cooperan" para la organización del
sistema. El desorden es necesario para la producción del orden. Esta
relación dialéctica forma parte de la complejidad de los sistemas.
La cibercultura
Durante muchos años, el empleo del término “cibernética” ha estado reservado a los estudiosos o especialistas en este ámbito de trabajo. Era muy poco probable su uso en revistas o en la prensa diaria. Sin embargo este hecho cambia totalmente a partir de los años 90. La palabra cibernética se utiliza, en primer lugar, asociada al uso de la tecnología informática y, posteriormente, al uso de las redes de comunicación. Sin embargo, en este uso más masivo, el propio término se ve mutilado apareciendo nuevas uniones tales como ciberespacio, cibercultura, ciberfeminismo, cibersexo, etc. No hablaré aquí de todos los “cibers” generados sino que me centraré en el uso del concepto de cibercultura al que tomaré como sinónimo de ciberespacio usándolos indistintamente.
La cibercultura hace referencia a todos los cambios de índole cultural que se están generando como consecuencia de la utilización de la informática como medio de información y comunicación. La cibercultura tiene la peculiaridad de estar desprovista de centro, de líneas directrices, de entidades ligadas a un tiempo y un espacio. En este sentido, como dice P. Virilio (1997), no se habla de cibercultura por casualidad, ya que las autopistas de la información están unidas a un fenómeno de feedback, de retroacción constante, la interactividad marca el aspecto fundamental del sistema social actual.
ciberneticatuestilo.blogspot.com/La cibernética ha desempeñado un papel decisivo en el surgimiento de la actual revolución tecnológica.
Ahora bien, la cibernética que fundamenta el funcionamiento de la red no
se basa únicamente en modelos de circularidad tal y como señala
Virilio, sino que, en mi opinión, el modelo del ciberespacio se aproxima
mucho más al modelo de complejidad elaborado por la cibernética de
segundo orden. Por ello, la mirada cibernética nos proporciona una
descripción de los sistemas virtuales que se están generando en la
sociedad actual. La cibercultura, el ciberespacio está fundamentado en los siguientes aspectos:
Sociedad-Red
Con el desarrollo de las redes de comunicación, especialmente de
Internet que crece día a día de forma exponencial, se dibuja una
sociedad con una visión circular del mundo que se autoenlaza y se
autorreproduce. Si un sistema puede ser visto en forma circular, estamos
ante un sistema en que es muy difícil diferenciar sus formas y sus
límites. Desde el punto de vista cibernético, podemos considerar la
sociedad como un sistema orgánico viviente basado en la comunicación y
la información, que se generan y se introducen según su funcionalidad. No
hay mensajes fuera de contexto, separados de una comunidad activa.
Todos los mensajes forman parte de una comunidad activa, están llenos de
vida y mueren cuando dejan de tener sentido dentro del contexto en que
han sido generados. En definitiva, “esta concepción permite tratar las redes como
circulaciones sin comienzo ni fin, en la medida en que sus “empalmes”
son múltiples, y sus encaminamientos, complejos. Se la recogerá bajo la
forma de una visión circular del mundo y sus envolturas sucesivas;
visión de un interior orgánico que se autoenlaza para una reproducción
asimismo “auto” (Sfez,1995). No sólo es un sistema abierto sino que es
muy difícil diferenciar su forma y sus limites. El orden y el desorden
se generan a través de la interacción y la participación activa de los
usuarios que son a la vez productores y consumidores del propio sistema.
No hay un centro y por consiguiente, el sistema está constituido por
redes de redes. De hecho, tal y como afirma Lèvy (1998), el espacio no
es desorden sino expresión de la diversidad de lo humano.
Según Lèvy (1998), la cibercultura es el universal sin totalidad. El
ciberespacio no genera una cultura de lo universal porque está en todas
partes, sino porque su forma o su idea implican el derecho al conjunto
de los seres humanos. Dice un anuncio de una empresa de
telecomunicaciones: “la comunicación es un derecho, no un privilegio”.
Esta empresa ha captado perfectamente el sentido de lo universal sin
totalidad.
Comunicación-Conectividad
“Conectarse, estar conectado” son expresiones frecuentes. La conexión,
como mencionaba previamente, es un bien en sí mismo, y por tanto un
derecho. Estar conectado representa estar en el mundo, formar parte del
sistema, lo que te permite a su vez ser creador de nuevos sistemas. La
conectividad es condición necesaria para la comunicación a través de la
red. Las formas comunicativas están transformándose dentro de la red a
través de la creación de las comunidades virtuales.
Las comunidades virtuales se construyen sobre afinidades, intereses y
conocimientos independientemente de la proximidad geográfica. Son
comunidades muy diversas en su composición y también en su estructura y
forma comunicativa. De hecho, existen reglas y normas no escritas que se
van generando en la red y que se aplican a medios distintos de
comunicación. Por ejemplo, en un chat no se escribe con mayúsculas
porque indican enfado. En un Forum, puede echarse a un miembro por
enviar mensajes que no se centren en el tema a debate, o por anunciar un
producto comercial.
Las formas comunicativas son muy variadas y, al contrario de lo que
muchos autores parecen opinar, no creo que sean excluyentes de otras
formas de comunicación. El uso del correo electrónico no está eliminando
el uso del teléfono sino todo lo contrario.
La Información
Como señala E. Havelock (1996), el paso de la oralidad a la escritura en
Grecia marcó un cambio fundamental en el desarrollo del pensamiento
occidental. La escritura supuso un cambio no sólo del medio de
comunicación sino de la forma de conciencia. La escritura sirvió para
fijar el conocimiento, las reglas y normas sociales. “No es la
creatividad, sea ésta lo que fuera, sino el recuerdo y la memoria los
que contienen la clave de nuestra existencia civilizada “ (Havelock,
1996, p.104). El lenguaje hablado queda fijado en un vocabulario y en un
orden fijador.
La manera de usar los sentidos y nuestra forma de pensar está
relacionadas en la transición de la oralidad a la escritura. La
oralidad enfatizaba el oído y la boca, la escritura enfatiza el ojo y la
mano. Debido a este cambio, la civilización occidental ha utilizado el
lenguaje escrito como fuente de desarrollo del conocimiento y del propio
pensamiento. La racionalidad es explicitada a través del propio
lenguaje que organiza y fija el conocimiento. Por este motivo, McLuhan
considera que toda la civilización occidental ha estado centrada en el
desarrollo del hemisferio izquierdo del cerebro, y ello ha contribuido al desarrollo del razonamiento cuantitativo. En
cambio, la cultura oriental ha mantenido el espacio acústico proyectado
hacia el hemisferio derecho desarrollando un pensamiento más
cualitativo, más holista -en el cerebro izquierdo predominan los aspectos
racionales tales como el pensamiento lógico-matemático, secuencial, analítico, etc., y, en cambio, en el cerebro derecho predominan los aspectos emocionales, intuitivos, y la
visión holística-.
Los medios de comunicación y las tecnologías poseen una estructura
fundamentalmente lingüística, ya que no hay un predominio de la escritura
sino de lo visual. La información generada en la red está más próxima a
la cultura de la oralidad que a la cultura de la escritura aunque con
cambios importantes. La información no se transmite de generación a
generación sino que es volátil, se crea y desaparece cuando deja de ser
funcional para la comunidad que la ha generado. Todo el mundo puede
producir información, por lo que no hay diferencia entre productor y
consumidor.
Los cambios cognitivos no son rápidos. Hemos tardado muchos siglos en
conocer la influencia de la escritura en el pensamiento y no es posible
saber cómo las tecnologías de la información y la comunicación van a
alterar nuestra cognición. Lo que sí resulta claro, es que
necesariamente va a haber una alteración que ya estamos viviendo pero
que todavía no podemos analizar con exactitud.
Velocidad
En una novela, Milan Kundera recoge, en una frase, el sentido de la
situación actual: “Hay un vínculo secreto entre la lentitud y la
memoria, entre la velocidad y el olvido...”
En la matemática existencial, esta experiencia adquiere la forma de dos
ecuaciones elementales: “el grado de lentitud es directamente
proporcional a la intensidad de la memoria; el grado de la velocidad es
directamente proporcional a la intensidad del olvido.” (Milan Kundera,
La lentitud.)
La velocidad ha ido aumentando con el desarrollo de la tecnología pero
nunca hasta ahora el crecimiento había sido tan rápido. Por ello, en la
sociedad informacional hay una ruptura del ritmo y de los ciclos
vitales. Tal y como afirma Castells, “el tiempo atemporal se da cuando
las características de un contexto determinado, a saber, el paradigma
informacional y la sociedad-red, provocan una perturbación sistémica en
el orden secuencial de los fenómenos realizados en ese contexto” (1998,
p. 499).
fondosypantallas.com/Fondo de pantalla: araña viuda negra-picadura mortal
Los medios que masajean la educación
“Todos los medios nos vapulean minuciosamente. Son tan penetrantes en sus consecuencias personales, políticas, económicas, estéticas, psicológicas, morales, éticas y sociales, que no deja parte alguna de nuestra persona intacta, inalterada, sin modificar. El medio es el masaje”.
(M. McLuhan, 1967)
Como señaló el propio McLuhan, toda nueva tecnología amplifica,
exterioriza y modifica muchas funciones cognitivas. En la sociedad
informacional, hay claras modificaciones en la memoria (bases de datos,
hiperdocumentos, ficheros de todo tipo), imaginación (simulaciones),
percepción (realidades virtuales, telepresencia) y la propia
comunicación.
Los medios no sólo nos masajean sino que masajean a la educación, se
introducen en nuestras vidas y, de pronto, nos damos cuenta de su
influencia. No acabo de entender muy bien las razones, pero los
profesionales de la educación se ocupan poco de los medios. Los
critican, eso sí, con mucha frecuencia. Los contenidos de los medios no
son apropiados, los niños pasan demasiado tiempo delante de la
televisión, del ordenador, de la consola,…No leen porque hay
informática. No salen a jugar porque hay ordenadores. Los padres miran a
sus hijos, los dejan delante de la televisión. Ven la programación
infantil y no hay problema (eso piensan), Los educadores les advierten:
vea la televisión con sus hijos, introduzca el espíritu crítico, analice
los mensajes. Pocos lo hacen. Los padres miran los ordenadores, ven a
sus hijos absortos delante de la pantalla. ¿Cómo pueden pasar tantas
horas concentrados delante del ordenador?, controlan el tiempo que
pasan, no son capaces de hacer nada más. Los educadores les advierten:
no todo lo que hay en Internet es positivo para sus hijos, cuidado con
los juegos que le compra. DESCONCIERTO TOTAL.
El problema es que los profesionales de la educación también están
desconcertados. Hay que ser flexible, integrar medios, diseñar nuevos
modos de formación, nuevas formas comunicativas. ¿Por dónde empezamos?.
Este es el reto y, a la vez, un camino que los profesionales de la
educación no pueden descuidar. Nuestros alumnos de hoy son muy
diferentes a los de hace diez años, no podemos enfocar el proceso de
enseñanza-aprendizaje de la misma forma y, es fundamental, crear
profesionales capaces de contribuir a un buen desarrollo de las
tecnologías de la información y la comunicación para que la cibercultura
sea de verdad, una cultura.
Bibliografía
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WILBER,K (1996). Breve historia de todas las cosas. Barcelona: Kairós.
Fuente: webmrte@usal.es/2014
Información:
DOCUMENTAL NORBERT WIENER
Corto documental que nos explica la vida y aportes del Padre de la
Cibernética, Norbert Wiener. Gran hombre de ciencias que afirmó las bases
del diario vivir de la sociedad del siglo XXI. Presentado por el Grupo
Gnosis en la asignatura Teoría de la Comunicación en fecha 8 de julio
del 2013.
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