por Raimundo Barbado
A lo largo de la existencia de los seres humanos, el impulso de cazar, la caza, denota indudablemente raíces genéticas porque han sido muchos milenios de supervivencia en base a la caza, normalmente de animales de diverso tipo (mamíferos, peces, etc.) e incluso, por parte de algunas tribus, caza de unos seres humanos sobre otros, bien para alimentarse o como ritual (canibalismo). Todo ello, como se ha indicado, en aras de la supervivencia.
Pero está también el caso de la caza del hombre por el hombre sin ánimo de alimentarse...sería como divertirse cazando seres humanos, sin otra posible explicación.
culturacientifica.com/Peter Kurten alias El Vampiro de Düsseldorf, asesino alemán en serie cuyo año más sangriento fue 1929. Delatado por su esposa, murió guillotinado en el patio de la prisión de Klügelputts, en 1931.
En ese sentido, destaca a nivel sociológico y criminalístico la figura del llamado asesino en serie (serial killer), que se caracteriza porque es capaz de matar a tres o más personas, con ciertos períodos de silencio o descanso entre cada uno de los asesinatos -lo que demuestra una total falta de empatía, quizá basada en algún pequeño defecto psicofisiológico que afecta a su sistema nervioso central-; se considera que actuando de ese modo el individuo agresor satisface sus ansias de poder sobre otros y/o acaso velada impulsión sexual. También una suerte de revancha o reivindicación de odio hacia el propio ser humano. El asesino en serie muestra habilidad para comportarse como una persona "normal" al margen de sus asesinatos (psicopatía). Asimismo se estima en la literatura criminológica que, aunque a primera vista parezca que sus víctimas han sido elegidas aleatoriamente, lo cierto es que las presas involucradas siempre comparten algunas características psicólogicas y/o físicas con el cazador.
Así pues, la situación es de inseguridad ciudadana y no puede seguir. Se efectúan las averiguaciones oportunas para su caza, no solo con la finalidad de ser castigado por los delitos cometidos, sino porque es un peligro público: puede volver a actuar. El asesino en serie se convierte de ese modo, a su vez, en otra presa, en este caso de la Policía. Aunque no siempre se consigue identificarle para detenerlo; recuérdese, por ejemplo, la historia del famoso Jack el Destripador.
La cualidad de la presa humana -hombres, mujeres y niños/as- depende de los designios del cazador, el cual es a veces una mujer asesina en serie que suele emplear el método de envenenamiento.
Así pues, la situación es de inseguridad ciudadana y no puede seguir. Se efectúan las averiguaciones oportunas para su caza, no solo con la finalidad de ser castigado por los delitos cometidos, sino porque es un peligro público: puede volver a actuar. El asesino en serie se convierte de ese modo, a su vez, en otra presa, en este caso de la Policía. Aunque no siempre se consigue identificarle para detenerlo; recuérdese, por ejemplo, la historia del famoso Jack el Destripador.
La cualidad de la presa humana -hombres, mujeres y niños/as- depende de los designios del cazador, el cual es a veces una mujer asesina en serie que suele emplear el método de envenenamiento.
Para mayor información sobre este tema, véase, por ejemplo: Asesinos en serie.
Información:
Los Archivos del FBI Presa Humana
Descripción
Publicado el 16 ene. 2017 por Franco –
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