por Javier Redondo
Se han cumplido 500 años de la muerte de Fernando II de Aragón. Si España fuera un país cosido por el apego a su Historia y sus grandes nombres, Fernando el Católico ocuparía espacio destacado en el panteón de sus ilustres fundadores.
Junto a la reina Isabel, creó un Estado, puso los pilares de la España moderna y le sirvió de inspiración a Maquiavelo, cuando el florentino se sentó a escribir sobre las virtudes que debía reunir El Príncipe y el modo de conservar el amor de un pueblo y sus territorios.
elmundo.es/Fernando II de Aragón y V de Castilla; óleo sobre tabla, Berlín, Museos Estatales.
"En otra ocasión ya te describí la villa de Madrigalejo. Allí quedó muerto en una casita desguarnecida e indecorosa.", le escribía el cronista real Pietro Martire d'Anghiera a Luigi Margiano, obispo de Tuy y ex-médico del rey. Y continuaba: "Mira lo poco que se debe confiar en los aplausos de la Fortuna y en los favores seculares. El señor de tantos reinos y adornado con tanto cúmulo de palmas, el Rey amplificador de la religión cristiana y domeñador de sus enemigos, ha muerto en la pobreza."
Destaca el profesor Nicasio Salvador, uno de los autores que escribieron en el dossier que La Aventura de la Historia le dedicó recientemente al Rey Católico, que estas circunstancias que rodearon a su muerte lo conectaron con su nacimiento: "La indigencia de la casa en la que se le engendró [el hogar de un humilde labrador próximo a Calatayud] y los atributos del pequeño pueblo en el que vio la luz". Ese pueblo fue Sos, en la frontera con Navarra, concretamente en el palacio de la familia Sada. Su madre, la ambiciosa Juana, se había empeñado en que naciera en su tierra y no en la de su padre, Juan, rey de Navarra. Su bautizo en la catedral de Zaragoza ofrece prematuras muestras de los planes que los reyes tenían para su primer hijo (Don Juan ya tenía a Carlos, producto de su matrimonio con Blanca I, y le disputaba el trono, y a Leonor).
Poco después, murió sin descendencia Alfonso V, rey de Aragón. El trono recayó sobre Juan. El pequeño Fernando ya estaba llamado a grandes empresas. Mucho más tras la muerte de su hermanastro Carlos de Viana: el camino del poder parecía quedar expédito.
Como señala el profesor Corral en su fantástico artículo Una boda entre guerras, no iba a ser tan fácil. Y aparecen los hechos para desenmascarar los mitos: la Generalidad negó obediencia al rey de Aragón y en agosto de 1462 ofreció la corona condal de Barcelona al rey Enrique IV de Castilla, que renunció. Con diez años, Fernando fue nombrado lugarteniente general de Cataluña.
El mensaje de Juan no ofrece lugar a dudas: Fernando es su heredero y Cataluña pertenece al reino de Aragón. Durante los siguientes 10 años, Navarra, Castilla y Aragón estarán en guerra. Los reinos medievales se resquebrajaban. Supuso el colapso de la Edad Media. Pero nacía la España Moderna y, como subraya Corral, lo haría en torno a una de estas dos opciones: la unión de Castilla con Portugal o la de Castilla con Aragón, la que finalmente se materializó con la boda de Isabel y Fernando.
Así lo vio Julián Marías, que niega, en su España inteligible, que el nuevo modelo fuera resultado de la castellanización: "La imagen del proceso de unificación de España durante el reinado de los Reyes Católicos que se ha difundido desde fines del siglo XIX, sobre todo, entre historiadores procedentes de la Corona de Aragón, ha sido la castellanización de los otros reinos españoles. Según esa interpretación, Castilla, por su mayor tamaño, población, riqueza y poder, habría impuesto su lengua, leyes y estilo al resto de España.»
Marías niega a Ortega -"Castilla ha hecho España (...) y Castilla la ha deshecho."- y concluye que España, como idea realizable, no podía ser producto de una única voluntad.
«Esa empresa no podía ser sólo castellana.» A juicio del filósofo, el concurso de Fernando fue decisivo. Añadimos que su personalidad, voluntad y decisión -y por qué no, su ambición- decidieron el futuro de España. Castilla miraba a África y al centro de Europa. Aragón, al mar Mediterráneo. La unión de las coronas, fue, por tanto, según Marías, la unificación de dos grandes políticas internacionales.
Trescientos y pico años después del primer sueño de unión de los dos reinos más poderosos de la Península, el matrimonio entre los herederos consumó el proyecto. Por estas razones titulamos en su momento la portada de nuestra revista: Fernando, el sueño de la unidad. Cómo el ambicioso rey católico culminó el plan de su padre de fusionar las grandes coronas peninsulares.
La boda fue el 19 de octubre de 1469 (hay fuentes que la ubican en 1469 o el 19 de octubre, sin otros datos). En 1475, Fernando es nombrado rey de Castilla y se acuña la expresión "tanto monta, monta tanto...". En 1479, es coronado rey de Aragón. El plan, pese a las interminables guerras, que ha convertido a Fernando más en un soldado que en un rey, marcha según lo previsto.
Sofocada la contienda en Cataluña el final de la Reconquista es la última misión de los reyes. El 2 de enero de 1492, la toma de Granada la consuma.
Henry Kamen, que acaba de publicar con La Esfera de los Libros, una biografía de Fernando, incide en que a pesar de que podamos hablar con propiedad de la gestación de un Estado moderno y que los reinos ya eran conocidos "oficiosamente" como España, había sustanciales diferencias entre Castilla y Aragón.
La muerte de Isabel, en 1504, abrió de nuevo el conflicto sucesorio en Castilla. Fernando quedó como gobernador general. Pero esa es otra historia, como la forja posterior de su leyenda.
Fuente: elmundo.es/cultura/HISTORIA/La Aventura de la Historia/2016
Información:
LOS REYES CATOLICOS
Reyes Católicos
Subido el 3 abr. 2009 por Antonio Mancha Trejo
Información:
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El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, preside en la Catedral una vigilia de oración "Por España y su unidad".
Publicado el 28 sept. 2015 por Archidiócesis de Valencia - Servicio Audiovisual
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