por Guillermo Roz
Turismo Interior
El Orante es la mayor figura de las pintadas en las cuevas prehistóricas de Pla de Petracos, en Alicante. La visita al museo de Castells ayuda a darle significado.
artelista.com/El Orante/ANTROPOMORFOS MACROESQUEMATICOS (PLA DE PETRACOS) ALICANTE.
Para los estudiosos de los primeros pasos del hombre en la tierra y, en particular, de las pinturas rupestres, España es el país de las cuevas de Altamira. Sin embargo, existe un segundo tesoro mucho menos afamado, pero no menos relevante en el estudio de estos periodos, lo que algunos catalogan como el Altamira del neolítico: Pla de Petracos.
artelista.com/El Orante/ANTROPOMORFOS MACROESQUEMATICOS (PLA DE PETRACOS) ALICANTE.
Para los estudiosos de los primeros pasos del hombre en la tierra y, en particular, de las pinturas rupestres, España es el país de las cuevas de Altamira. Sin embargo, existe un segundo tesoro mucho menos afamado, pero no menos relevante en el estudio de estos periodos, lo que algunos catalogan como el Altamira del neolítico: Pla de Petracos.
elpais.com/Una de las cuevas de Pla de Petracos, en la comarca alicantina de la Marina Alta/Coz Rose.
Situado en la comarca alicantina de la Marina Alta, Petracos es casi
un secreto para el gran turismo y una perfecta excursión de medio día
para los que llegan desde villas costeras como Denia o Altea. Desde aquí
iremos en busca de nuestro tesoro, adentrándonos en la provincia por
una ruta serpenteante de naranjales, almendros, viñedos y olivos, y unas
montañas bajas entre riscos y valles.
A cuatro kilómetros de Castell de Castells, nos desviamos a la
derecha para encontrarnos primero con una pequeña ermita abandonada
entre pastizales. Aunque no se puede ingresar por el deficiente estado y
porque se encuentra en terreno privado, vale la pena contemplar desde
la ruta un edificio tan misterioso y rico en historia como mal
conservado. Construido con piedras de la zona y planta cuadrangular, es
un ejemplo prototípico del románico. En las inmediaciones es donde en el
mes de septiembre se celebran las fiestas de Petracos, cuando el pueblo
peregrina hacia la ermita, reuniéndose alrededor de paellas y
actividades lúdicas.
elpais.com/Abajo, concavidades que albergan las pinturas/RAFA PEREZ.
A solo dos minutos más de ruta nos encontraremos con un cartel: “Pla de Petracos, Patrimoni de la Humanitat”. Dejamos el coche en un pequeño
apeadero y subimos los cinco minutos de senda ascendente de tierra y
piedras hacia las pinturas.
Hemos llegado a aquellos refugios, especie
de escarbados de gigante sobre las rocas, declarados patrimonio mundial
por la Unesco en 1998. A diferencia de cómo se visitan otros yacimientos
rupestres, nos situamos en un mirador dispuesto a unos 15 o 20 metros a
cielo abierto, donde las autoridades han colocado un vallado que
permite la observación. En Petracos el arte es de un tamaño lo
suficientemente grande como para apreciarlo desde esa distancia; de
todos modos se recomienda llevar prismáticos y no hacer la visita en
horas de sol directo en las rocas.
En esos llamados abrigos que permitieron la conservación en el
tiempo, y en la cueva contigua donde se cree que se refugiaban los
pintores de las mismas, y a la cual se puede entrar, contemplamos un
arte único en el mundo encarnado en ocho paneles. Se trata del arte
macroesquemático, definido así por su gran tamaño (macro) y porque
representa esquemas acerca del espíritu religioso que movilizaba a sus
autores. Las formas, de 8.000 años de antigüedad y descubiertas en 1980
por miembros del Centre d’Estudis Contestans, se divisan desde la
pasarela natural de tierra como una serie de cuadros pintados sobre una
pared vertical de calizas o retablos, que nos relatan…
La mejor manera
de saber lo que nos relatan y responder a las preguntas que aquellas
figuras misteriosas nos sugieren es subirse al coche de nuevo, recorrer
los cuatro kilómetros hasta Castell de Castells y visitar el Museo
Etnológico y de Arte Macroesquemático. Allá vamos entonces. Merece la
pena.
Oráculo y descanso
El pequeño pueblo de Castells, de menos de 500 habitantes, esconde
este museo doble que sirve de oráculo y de descanso. Doble porque
tenemos la posibilidad de visitar primero el Museo Etnológico, donde a
través de una construcción antigua, conservada en óptimas condiciones,
nos adentramos en el siglo XX de una casa rural española. Además de los
elementos típicos para la supervivencia diaria, descubrimos una
habitación disimulada para esconder a víctimas de la Guerra Civil. Tras
esto, cruzando la antesala del mismo edificio, conoceremos los secretos
del arte macroesquemático.
La necesidad de protección divina y las plegarias para siembras y
cosechas exitosas convirtieron aquellas pinturas en la plasmación de las
súplicas y el lugar de ceremonias de adoración para aquellos hombres
considerados los primeros agricultores llegados a la península Ibérica.
Entre las figuras de color rojo oscuro que se destacan sobre la oquedad
del fondo de las cuevas encontramos una familia, la mujer y el toro,
tallos agrícolas que muestran la importancia de los ciclos en la
economía de aquel momento prehistórico, y la más representativa y
simbólica, la del llamado Orante. Esta es, además, la de mayor tamaño
(un metro) y representa a un hombre con los brazos levantados adorando
el Sol y la cabeza envuelta en lo que se consideran rayos solares, lo
cual invita a pensar en que idolatraban al astro rey.
“Sol, familia,
cultivos, ganado: cuatro palabras que entonces tenían una significación
sagrada que les llevó a representarlas simbólicamente en un santuario
rocoso”, tal como reza el folleto del museo.
Terminamos el recorrido frente a un audiovisual que nos muestra la
vida, las necesidades y los sueños de los hombres que nos han legado la
maravilla atemporal de Pla de Petracos.
* Guillermo Roz es autor de la novela Les ruego que me odien (Musa a las 9)
Guía: Cómo llegar
- Desde Altea, por la carretera nacional N-332 se demorará unos 45 minutos para recorrer por una ruta serpenteante, pero siempre en buen estado, los 40 kilómetros aproximados hasta el Pla de Petracos.
- MARQ, Museo Arqueológico de Alicante.
- Si se quisiera hacer una ruta con más paradas, se recomienda el pueblo de Jalón, donde degustar vinos de la tierra en las bodegas, o el pueblo de Parcent, donde poder comer en el restaurante L’Era, especializado en paellas a fuego de leña, o picar algo en la terraza de La Cooperativa, con vistas a las sierras, parada habitual de ciclistas y lugareños.
Fuente: elpais.com/elviajero/2014
Información:
El MARQ - Y sus Parques Arqueológicos
El MARQ - Y sus Parques Arqueológicos
Publicado el 18 de oct. de 2013 por vazkezvideo
El llamado "Orante" no es humano. Es un ser extraterrestre recién llegado a la Tierra clamando su venida en son de paz.
ResponderEliminarPodría ser, sí.
Eliminar