por Lollie Campbell
Estados Unidos: Identificar los genes implicados en el cáncer de cerebro humano puede ser como buscar una aguja en un pajar, y, a veces al encontrar la aguja puede no ser la correcta.
Mediante la comparación de los genomas humanos y caninos, los investigadores de la Universidad Estatal de Carolina del Norte han descubierto que un gen que comúnmente se creía que participa en los tumores que afectan a la meninge del cerebro humano, no es fundamental para la formación de tumores como se pensaba anteriormente.
elcorreoweb.es/El perro Excalibur junto a su dueña, la afectada de ébola Teresa Romero./2014
Los meningiomas son tumores intracraneales, lo que significa que no crecen en el tejido cerebral en sí, sino en el espacio entre el cerebro y el cráneo. En los seres humanos, están asociados con defectos genéticos de grandes segmentos de los cromosomas, lo que hace que el aislamiento de los genes específicos implicados, sea extremadamente difícil. Los seres humanos que sufren de meningiomas con frecuencia pierden una copia de la longitud de casi la totalidad del cromosoma humano 22. Este cromosoma es de casi 50 millones de pares de bases de ADN que codifican a más de 500 genes.
"El perro ha sido el mejor amigo del hombre durante
siglos, y ahora el genoma del perro podría ser el próximo mejor amigo
del hombre," dijo el Dr. Matthew Breen, profesor de genómica en la
Universidad Estatal de Carolina del Norte. "Con tanto material
genético a considerar, se puede ver por qué averiguar cuáles genes
juegan un papel clave en los meningiomas es extremadamente difícil",
dijo Breen. "Al observar los tumores encontrados en seres humanos y
perros, tenemos una manera simple de reducir la búsqueda: se comparan
las zonas afectadas de un cromosoma humano en las áreas relacionadas en
los cromosomas del perro. Esto funciona porque los perros y los humanos
son genéticamente similares, y contraen los mismos tipos de cáncer. Si
bien compartimos gran parte de nuestro material genético, el ADN de un
perro está organizado de manera diferente al nuestro. Esto hace que sea
posible aislar las regiones más pequeñas "compartidas" de los datos
genéticos en vez de buscar un cromosoma entero."
Breen, sus colegas
Rachael Thomas y el veterinario neurólogo Natasha Olby, junto con
investigadores de la Universidad de California-Davis y el Wellcome Trust
Sanger Institute de Cambridge (Reino Unido) colaboraron con el proyecto
y el intercambio de muestras de los meningiomas caninos para la
investigación. Los resultados fueron publicados en la revista
´Neurooncology´.
En investigaciones previas, se identificó un gen en
particular supresor de tumores en el cromosoma humano 22, conocido como
el NF2, como posible factor contribuyente al meningioma. Creían que la
supresión del NF2, con su capacidad de suprimir el tumor, podría
impulsar el crecimiento del tumor. Al analizar los cambios genéticos
a través de todo el genoma, el equipo de Breen, comparó el cromosoma
humano 22 a su contraparte canina. En perros, la región compartida con
el cromosoma 22 está ´dividida´ en tres cromosomas separados del perro,
los cromosomas número 10, 26 y 27, con el gen NF2 en el cromosoma 26 del
perro. Los investigadores descubrieron que en los perros con
meningioma, el cromosoma 26, y por lo tanto, NF2, rara vez se ve
afectado, poniendo en duda el papel significativo que desempeña este gen
en la enfermedad. En cambio, los perros con meningioma con frecuencia
mostraron la pérdida de partes del cromosoma 27. Esto llevó a los
investigadores a centrarse en la porción del cromosoma humano 22, que
corresponde al cromosoma canino 27.
"Ahora, en lugar de buscar en 50
millones de pares de bases que contienen varios cientos de genes,
podemos centrarnos en la parte del cromosoma humano 22, que está
conservado evolutivamente con el cromosoma 27 del perro," dijo Breen.
"Al mirar conjuntamente los meningiomas de perros y humanos, reducimos
la cantidad de búsquedas que tenemos que hacer en 50 veces. Es el dilema
de la aguja en el pajar, sólo utilizando la información de tumores de
perro y de humanos nos permite concentrar la búsqueda en el dos por
ciento del pajar que en realidad contiene la aguja, y no perder el
tiempo y recursos en el otro 98%".
Breen también notó que el otro
cromosoma implicado para los caninos que sufren de meningioma es el
cromosoma 17, que se correlaciona con una parte del cromosoma 1 del
humano. Los defectos de este cromosoma están implicados en casi el 70%
de los casos de meningioma humanos y están asociados con una evolución
pobre de los pacientes. El experto espera que pueda utilizarse esta
correlación para reducir aún más la búsqueda de genes específicos
involucrados con la enfermedad.
Además, el equipo observó también
los gliomas, otro tipo de tumor cerebral, y han demostrado
características genéticas comunes compartidas entre los tumores humanos y
los caninos que ahora están bajo investigación.
"Los datos apoyan
que los tumores en perros y humanos son muy similares a nivel genético,
de modo que ambas especies se beneficiarán de esta investigación", dijo
Breen. "Es prueba del concepto de ´una medicina unificada´, la idea de
que la salud humana y animal se basa en un fondo común de conocimientos
médicos y científicos, y que se apoya en las tecnologías de la
superposición y los descubrimientos".
Fuente: argos.portalveterinaria.com/noticia/2010
Información:
El sacrificio de #Excalibur se podia haber evitado
Nacho Paunero, presidente de la protectora El Refugio, apunta que la
Administración ha desoído las recomendaciones del mayor experto
internacional en la materia, Eric Leroy, que no recomendaba el
sacrificio del animal, sino su cuarentena.
La protectora El Refugio manifiesta que, aún tratándose de una grave crisis que afecta a la salud pública, la
postura de las administraciones continúa siendo espartana en referencia
a la vida de los animales y sus derechos, condenándolos a la muerte
sistemática, sea cual sea el problema que esté en tela de juicio.
Desde la protectora El Refugio sentimos indignación y tristeza en partes iguales ante el sacrificio de Excalibur por decisión tajante de la Administración. Una Administración que en el mes de agosto decidió de forma unilateral repatriar a dos ciudadanos españoles infectados por el virus del Ébola, asegurando el blindaje de nuestros protocolos sanitarios para poder hacer frente a dicha situación sin que significase el menor riesgo para nuestra salud pública. Una Administración que ha quedado en evidencia, a la luz de los hechos acaecidos en las últimas 48 horas, y que desoyendo las recomendaciones de Eric Leroy, el máximo experto a nivel mundial en la materia, decide de una forma clarividente e inmediata proceder al sacrificio de Excalibur, en vez de proceder a su cuarentena. Una vez más, la única solución que las administraciones adoptan de forma sistemática para solucionar un problema en el que hay un animal involucrado es proceder al sacrificio del mismo.
Para nosotros
es tan importante la salud pública como para cualquiera, y así lo
manifestamos siempre; lo que todavía nuestros gobernantes no quieren
comprender, es que para esta pareja y para todos los que amamos a los
animales, ordenar la muerte de este perro, es ordenar la muerte de
alguien que forma parte de nuestra familia, y mucho más aún sin haber
dado la más mínima posibilidad de valorar opciones para salvar su vida.
“La
sociedad española está demandando a voces un cambio profundo tanto en
nuestra legislación, como en la actitud y decisiones que nuestros
políticos toman frente a los derechos de los animales y los problemas
que los afectan. El sacrificio de Excalibur no ayuda en nada a mejorar
la situación, sino todo lo contrario. Continúan tratando a los animales
como si fuesen basura de la que hay que deshacerse, en cuanto implica
para ellos la más mínima complicación”. Declaró Nacho Paunero
(presidente de El Refugio).
Publicado el 8/10/2014 por ElRefugioTV
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