por Israel Viana
Hemeroteca: Apenas 20 días después de la entrevista en Hendaya, Hitler se reunió urgentemente con Serrano Suñer para presentarle el minucioso plan que tenía preparado para invadir el Peñón el 10 de junio de 1941.
Poco después de llegar a su destino, en la tarde del martes 18 de diciembre, Hitler le dijo que le había convocado para que, «según lo convenido en Hendaya», fijaran la fecha de su entrada en la guerra invadiendo Gibraltar, que luego pasaría a manos de España: «Es absolutamente necesario atacarlo. Lo tengo decidido. Se trata ahora de fijar el día», manifestó el «führer», según el relato hecho en 1976 por Serrano Suñer en su obra «Escrito en España», donde aseguraba que tuvo que aclarar que «lo convenido en Hendaya no había sido que entrarían en la guerra cuando ellos decidieran, sino cuando nosotros estuviéramos en condiciones de hacerlo». «En cualquier caso –insistió Hitler, siempre según el relato de Suñer–, la operación mixta sobre Gibraltar es necesaria. Es la hora de que España tome su parte».
Las razones para atacar Gibraltar
La colonia por la que hoy el gobierno británico y el español andan a la gresca era para Franco, tras la Guerra Civil, la tierra aún irredenta por la que pasaba la unidad nacional. Pero la realidad es que España no estaba en condiciones de participar, ni psicológica ni materialmente, en ningún conflicto. No debemos olvidar, además, que la dictadura dependía del permiso del Gobierno británico para que pudieran llegar a sus puertos los cargamentos de trigo procedentes de países como Canadá o Argentina. Y para Franco y su Gobierno, igualmente, tomar Gibraltar no significaba necesariamente que el Mediterráneo quedara cerrado, pues aún seguiría abierto por el Canal de Suez.
Hitler insistió en lo que ya había apuntado en Hendaya: que la oportunidad de recuperar el Peñón no se le volvería a presentar nunca más, que era una cuestión de honor para el pueblo español reintegrar ese pedazo de tierra y que, siendo el Estrecho el mejor enclave que tienen los aliados para navegar por el Mediterráneo, era muy importante cerrarlo.
saber-travel.blogspot.com.es/El controvertido Peñón de Gibraltar durante la II Guerra Mundial.
Alemania quería acelerar la guerra, y aquello pasaba por controlar la colonia que Gran Bretaña había obtenido en el Tratado de Utrecht de 1713. Pero Serrano Suñer, que se escudaba en el hecho de que él no podía tomar esas decisiones sin consultar al Caudillo, fue bastante ambiguo en su respuesta. Una actitud parecida a la de Franco en Hendaya, quien manifestó «estar dispuesto» a alinearse con las potencias del Eje, pero poniendo a sabiendas un precio que los nazis claramente no podían asumir: 400.000 toneladas de trigo, todo el material de guerra necesario, la no admisión de soldados alemanes en la conquista del Peñón, la cesión de Marruecos a costa de Francia y la condición de intervenir sólo cuando el Ejército alemán hubiera ocupado las islas británicas, algo que, finalmente, nunca ocurrió.
Contaba Serrano Suñer en «Entre Hendaya a Gibraltar» (1949), que en Berchtesgaden el «führer» había escuchado sus opiniones con «cierto malhumor», para acabar después «con un gesto de decepción, cansancio y tristeza». «De las siete u ocho veces que tuve que hablar con él, fue esta la ocasión en la que le encontré más parecido a un ser humano», recordaba.
El «minucioso» preparativo
En ese momento, Hitler le pidió a su invitado que pasara a otra habitación próxima en la que había un enorme tablero central lleno de planos, con las paredes repletas de banderas indicando la posición de sus tropas. Fue allí donde el general Alfred Jodl, el hombre que primero se había dado cuenta de que Gibraltar era la llave para ganar la guerra y uno de los asesores militares más importantes del «führer», explicó minuciosamente la famosa «Operación Félix», como la había bautizado.
ABC/Alfred Jodl, el general que dio nombre a la «Operación Félix».
Siguiendo sus órdenes, los más importantes organismos de
planificación militar de las fuerzas armadas nazis dieron forma a este
plan que debía cambiar el resultado de la guerra. Su diseño se levantó
sobre múltiples estudios, observaciones y reconocimientos sobre el
terreno realizados en secreto por un gran número de espías y expertos en
artillería, operaciones de asalto, armas químicas, logística y
transporte.
Los preparativos iban tan en serio que, a finales de 1940, la Primera División de Montaña del general Ludwig Kuebler comenzaría un riguroso entrenamiento en la provincia de Besançon
(Francia), en una zona cargada de montañas idénticas al Peñón, junto al
Río Jura. Allí los soldados podrían hacerse a la idea de donde iban a
combatir.
El plan
Según lo trazado, la operación se llevaría a cabo bajo el mando del mariscal de campo Walter von Reichenau,
que requería que dos cuerpos de su ejército ingresaran en España a
mediados de enero de 1941 con el consentimiento de Franco. El mismo
Kuebler se haría cargo de uno de ellos para liderar la conquista,
atacando con dos regimientos de Infantería y 26 batallones de artillería
mediana y pesada, a los que sumaría tres batallones de observación,
tres de ingenieros, dos de humo, un destacamento de 150 brandenburgueses
y 150 tanques enanos a control remoto cargados de explosivos. A cargo
del segundo cuerpo, estaría el general Rudolph Schmidt,
que cubriría los flancos del asalto a Gibraltar contra cualquier
intervención británica, para lo que contaría con la 16 División
Motorizada, concentrada en Valladolid; la 16 División Panzer, en
Cáceres, y la División SS Totenkopf, en Sevilla.
Y por si no fuera suficiente, las fuerzas aéreas alemanas –la Luftwaffe– proporcionarían grupos de aviones JU-88, Stukas y Messerschmitts, además de seis batallones de antiaéreos. Y la armada o Kriegsmarine realizaría el hostigamiento marítimo por medio del submarino
U-boots, con el que interferiría la evacuación de los ingleses del
Peñón y transportaría las baterías costeras para impedir el acercamiento
de unidades navales británicas.
Desde el punto de vista militar, la «Operación Félix» debería haber sido un éxito para los alemanes y significar la recuperación de Gibraltar para España
más de dos siglos después, pero Franco, movido también por los reveses
sufridos por Hitler, ni tan siquiera autorizó el tránsito del ejército
nazi por suelo español.
La posición del Caudillo no cambió con los meses
y la operación fue postergada. Y, finalmente, cancelada.
Fuente: abc.es/archivo/2013
Información:
II guerra Mundial Entrevista Serrano Suñer - Franco- Hitler - Hendaya Operacion Felix Gibraltar
Entrevista con Ramon Serrano Suñez ministro de Asuntos Exteriores en 1940
repasando los encuentros de Franco y Hitler en Hendaya ,
Ribbentrop y el interes de Hitler por Gibraltar
Publicado el 4/8/2012 por totalwar19391945.com
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